viernes, noviembre 15, 2013

“El sagrado castillo Luzbel”

El sagrado castillo Luzbel

El cúmulo del pasado, atormentando el presente, amenaza con exterminar el futuro para siempre.
Aquellos recuerdos; hoy considerados errores, por ser el desperfecto que corrompe el orden con solo pensar en reverso, lo “perverso”; invaden la piel que reviste mi verdad.
Sin filtro me atreví a pecar, juré en vano y hablé. Ahora el peso de esas miradas todo lo destruye en su intento por apropiarme.
¡Por favor alguien me ayude a respirar!
En busca de superficie, me hundí en terreno pedregoso.
Lloro por que sé, todo se desvanece. Aquello que en su momento fue el camino a la libertad, hoy es la fosa que espera el triste final.
Es que he sido juzgada por un santo en discrepancia.
Temo por mis ideales, mis convicciones, por mis sueños. Temo haber hecho más de lo permitido, más de lo “debido”.
No fue tan sencillo admitir cuan doloroso han sido esos golpes, por que todo cuanto soy se ha trasformado en la cúpula central del castillo Luzbel, en la que el tirano de las sagradas palabras, me sentencia a la eterna desgracia de asolar mi templo.
Nadie, ni nada, puede salvarme del vacío; mas he perdido la razón de existencia.
Entonces me pregunto:
¿Cómo habría sido todo si hubiera…? ¿Si fuera…?
¿Qué es lo que lleva a uno perder la cordura?
¿Qué es la “cordura”?
Un último grito de auxilio, respiro y muero al fin.
Sentir el sol rozar la piel, cálida sensación de tocar el fuego. Ver el cielo. Admirar entes que transitan, sin miedo, por la vida. No existe más que la grandeza de gozar la plenitud del alma.
Anhelar cuan hermoso es ser “lo malo”, y entender que solo los espíritus libres de corazón pueden sucumbir sin culpas, ni penas, por ser lo que son.





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