lunes, diciembre 16, 2013

"CRÓNICA DE UNA DISTOPÍA: 18:00 pm."


CRÓNICA DE UNA DISTOPÍA

18:00 pm.

Veo gente atrincherándose, juntando desesperada elementos de sus hogares, para poder defenderse. Pues, la gente común no dispone de armas letales, destinadas solo a exterminar de un solo tiro. No obstante, la necesidad imperiosa que demandaba la situación los ha impulsado a utilizar su cotidiano ingenio para rebuscar algo con que herir a los “enemigos”.
Ciudades nefastas, abarrotadas con violencia y de un desenfreno ávido por destrucción.
Noticieros informando la propagación de los daños en provincias vecinas, contabilizando las victimas que tanta vorágine se hubo apropiado. Se discute sobre delitos de sedición, acuartelamiento, malas políticas. Mas la acefalía se hace un constante. Familiares llamando, manifestando su preocupación. Cada sonar del teléfono lleva consigo un sin fin de aflicciones ante la posibilidad de malas noticias. Por estas horas la psicosis se hubo adueñado de la mente del ser humano, distorsionando su sano juicio y arrebatándole el raciocinio. A cambio la hubo reemplazado con desesperanza y desenfreno.
La población se ha remontado a su estado mas primitivo, mas no abandonando su destreza con el único fin de generar mas caos. Todos fuimos reducidos a simples homínidos en fase de evolución. La puja entre civilización y barbarie, con cada segundo que transcurre, se acrecienta aún mas.
¿Cuál de ambas habrá de ganar?
Resuenan las campanas airosas por celebrar 30 años de una democracia ininterrumpida. Gobernantes accediendo a aumentos salariales con armas en la cabeza. Gobiernos admirando el fruto de su gestión.
-“Ha caído una victima mas” - informan. 
¿Sera de los buenos o de los malos?
Vecinos marchando con plástico, con la esperanza de ahuyentar a las fieras con fuego, y cargando en sus hombros palos para golpear. Niños preocupados, padres afligidos.
¿Que seria si los enemigos no fuesen otros que nuestro prójimo?
Cielos ahogados por el humo abrazador.
Por estas horas, en este día gris, solo me queda observar, donar algún que otro periódico para incendiar. Pues la marea arrasadora ha tomado cuanto sector le precedía. Y simplemente ya no hay vuelta atrás, la enfermedad es degenerativa, no tiene retroceso.
Siento angustia. Aunque solo me queda callar, porque en lo mas recóndito de mi ser; se que, por mas ínfimo, hube aportado algo para alimentar esta creciente anarquía.
Me siento en la cocina a esperar que la maroma se hiciera presente arrastrando, imperiosa y triunfal, todo cuanto tuviese a su alcance; e implorando porque nada quedase excluido, para que mañana ya no hubiese mas por exterminar.
Escucho sirenas y motos a lo lejos. El terror y la expectativa se hacen presente. Perros ladran y aullan al unisono. Y me siento temblar.
-¡vienen a robar! - se escucha en un eco.
¿Si tan solo fuese eso...?
Tiroteos y gritos por doquier. Esto es tierra de nadie.
La noche se hace presente. Apago las luces y el televisor, cierro las cortinas. Y así, sumida en penumbras, me despido en un sueño; un sueño donde mi patria ya no sufre más.



(Basado en hechos reales)


No hay comentarios:

Publicar un comentario